¿Cómo apoyar a tu hijo si te preocupa su peso?

Si te preocupa el peso de tu hijo, considera buscar el consejo de proveedores de atención médica calificados, como tu médico de familia o pediatra. Ellos podrán brindarte más orientación sobre cómo puedes apoyar a tu hijo, así como cualquier servicio que pueda necesitar y del que se pueda beneficiar.

Puede ser difícil ver a tu hijo luchando con su peso. Como padres, deseamos hacer todo lo posible para ayudar a nuestros hijos, especialmente cuando están estresados. Aquí hay algunas maneras de ayudar a tu hijo si te preocupa que su peso pueda estar afectando su salud y bienestar.

Evita dar la culpa 

Los jóvenes pueden aumentar de peso debido a varias razones fuera de su control o comportamiento individual, a menudo con causas complejas. Los niños que luchan con su peso frecuentemente experimentan prejuicios, estigma y acoso. Es fundamental evitar culpar a tu hijo y, en cambio, tratar de comprender los problemas estructurales en juego que fomentan el aumento de peso. Comenzar desde un mejor punto de comprensión puede ayudarte a brindar  a tu hijo un apoyo práctico. 

El peso de un niño a lo largo de su vida puede verse influido por la interacción entre la genética, las experiencias tempranas de la vida y su entorno. Se puede esperar un aumento de peso cuando un niño come, juega y aprende en entornos que fomentan bajos niveles de actividad física y un alto consumo de alimentos ricos en energía, baratos y de fácil acceso, que tienen un alto contenido de azúcar y grasas no saludables. La mayoría de las veces, el aumento de peso es la respuesta normal del cuerpo a un ambiente anormal. Además, los niños a veces pueden participar en una alimentación poco saludable para combatir el estrés, el aburrimiento o para consolarse cuando se sienten ansiosos o tristes. 

Aborda las conversaciones sin juzgar

Es importante que tu hijo sepa que estás ahí para él y que siempre estás disponible para escuchar sus preocupaciones o inquietudes, sin juzgarlo. 

Un lugar fácil para comenzar es adoptar un lenguaje de persona primero cuando se habla de sobrepeso y obesidad. Situar a la persona frente a la condición ayuda a humanizar a quienes están lidiando con el sobrepeso y la obesidad, en lugar de que la condición los defina. Por ejemplo: “Persona que vive con sobrepeso (en lugar de: una persona con sobrepeso)”.

Fomenta un diálogo abierto e invita a tu hijo a compartir sus pensamientos y sentimientos sobre la imagen corporal cada vez que surjan. Si tu hijo hace un comentario negativo sobre su peso, trata de averiguar qué hay detrás. Escucha atentamente y no descartes ni minimices sus preocupaciones. Si resulta que otro niño o un adulto están acosando a tu hijo (lo que puede ocurrir tanto en línea como en persona(, enfrente la situación directamente y lo antes posible. 

Fomenta la autoestima y elogia las cualidades en otras áreas que no estén relacionadas con su peso. Por ejemplo: “Estoy orgulloso de lo mucho que estudiaste para ese examen” o “Me encanta lo amable que eres con tu hermana menor”.

Tener conversaciones saludables

En un panorama digital que cambia rápidamente, es importante estar al tanto de las amenazas a la salud mental y el bienestar de tu hijo en lo que se refiere a su confianza e imagen corporal. Estos pueden variar desde publicaciones en las redes sociales que estereotipan el peso o fomentan los trastornos alimentarios, hasta el constante marketing corporativo de comida chatarra poco saludable dirigida a los niños. 

Prueba estos consejos para abordar las conversaciones sobre el peso con tu hijo:

  • Pregunta abiertamente a tu hojo, a tu hija: “¿Cómo te sientes?” o “¿Cómo van las cosas en la escuela?” e invita a expresar sus sentimientos.
  • Agradece a tus hijos por confiarte sus sentimientos para desarrollar una sensación de seguridad.
  • Reconoce que una alimentación saludable y mantener un peso saludable pueden ser un desafío, al mismo tiempo, enfatiza los beneficios de una mejor salud.
  • Sé positivo y solidario.

    Enfócate en comportamientos saludables

    A menos que lo aconseje un profesional de la salud, concéntrene en la “salud y metas saludables” en lugar de en la pérdida de peso. Los comportamientos de alimentación saludable y actividad física no se vuelven rutinarios de la noche a la mañana. Se necesita tiempo, esfuerzo y perseverancia de parte suya como padres y de sus hijos para hacer cambios duraderos. Es poco probable que cualquier cambio importante y repentino en la dieta y el estilo de vida de los hijos funcione e incluso puede ser perjudicial para su salud. Los cambios son más exitosos cuando son pequeños, incrementan poco a poco e involucran a toda la familia. 

    Sé el mejor ejemplo que puedas.  Seleccionar alimentos integrales y nutritivos como frutas y verduras frescas, fomentar la actividad física, promuever el sueño suficiente y evitar hablar negativamente sobre su peso o el de los demás son puntos importantes para tomar en cuenta. 

    Independientemente de su peso, puede ayudar a apoyar a tu hijo liderando el camino con hábitos saludables. Exploren juntos los diferentes grupos de alimentos, aprendan qué nutrientes se necesitan como parte de una alimentación saludable y analicen por qué ciertos alimentos son mejores opciones que otros. 

    Haga todo lo posible para desalentar los alimentos y bebidas ultraprocesados ​​que tienen un alto contenido de sal, azúcar y grasas, pero evita tratar de prohibir ciertos alimentos por completo, ya que puede ser contraproducente y provocar mayores antojos. La mayoría de los bocadillos para llevar tienen un alto contenido de grasa, azúcar y sal, y hacen muy poco para satisfacer el hambre. En su lugar, tengan disponibles bocadillos saludables y saciantes, como frutas, palitos de vegetales y yogur natural. Fomentar el agua como la bebida principal de elección en lugar de las bebidas de frutas azucaradas y tener en cuenta qué alimentos y bebidas están disponibles en el hogar tendrá excelentes resultados.

    Disfrutar de las comidas juntos

    Con la mayor frecuencia posible, preparen y coman juntos en familia. Este es un buen momento para hablar y practicar cómo elegir alimentos saludables. Ofrece porciones del tamaño de un niño y deja que tu hijo pida más comida si todavía tiene hambre. Tener horarios fijos para las comidas y los refrigerios también ayuda a enseñarle a tu hijo que hay horarios fijos para comer en lugar de alentarlos a comer varias veces a lo largo del día.

    Encuentra alegría en el movimiento

    Fomenta el juego al aire libre y la actividad física en familia. A partir de los 3 años, los niños deben estar activos durante al menos una hora al día, pero esto se puede dividir en períodos cortos de 15 a 20 minutos. Para los niños más pequeños, intenten jugar juegos de persecución como juegos de etiquetas o de pelota. Para los niños mayores, salgan a caminar en familia o intenten practicar un nuevo deporte juntos. Siempre que sea posible, elijan caminar y andar en bicicleta en lugar de viajar en automóvil o transporte. Fomenta los deportes de equipo locales o escolares, que pueden hacer que la actividad física sea aún más divertida mientras construye conexiones entre pares. 

    Bienestar, no peso

    Evita que el peso sea el único enfoque en este proceso prestando mayor atención a los beneficios de una alimentación saludable y conductas activas  para toda la familia. Estos son los ingredientes necesarios para apoyar el crecimiento y desarrollo de tus hijos hasta la edad adulta, así como para aumentar su inmunidad y bienestar emocional. De hecho, hacer los cambios correctos a nivel familiar ayudará a evitar que tus hijos tengan problemas con la dieta o la alimentación en el futuro.

    La mejor manera de apoyar la felicidad y la salud de sus hijos es que sepa que ustedes están ahí para él, pase lo que pase. Comprendan que esto también es difícil para ellos, pero al disfrutar de comidas saludables y participar en actividades físicas juntos como familia, puede ayudar a sus hijos a sentirse apoyados para hacer cambios de estilo de vida positivos y saludables que pueden ir mucho más allá
    de la pérdida de peso.

Artículo original publicado en Unicef for every child – Parenting – Health, recomendado por la Asociación Montessori Internacional (AMI)