Aprender a comer saludable

¿Sabías que cuanto más amplia sea la gama de sus experiencias con los alimentos, más probable es que tu hijo continúe comiendo una variedad de alimentos de los cinco grupos?

Una buena alimentación y nutrición son la base de la salud de los niños y aportan beneficios que pueden durar toda la vida. Enseñar a tu hijo sobre la alimentación saludable desde una edad temprana le ayudará a tener una relación positiva con la comida hasta la edad adulta. Aunque no lo creas, moldear estos hábitos puede ser divertido y saludable, ¡no solo para tu hijo, sino para toda la familia! Algunas ideas:

1. Fomentar hábitos positivos

Tus pequeños observan todo lo que haces, incluso a la hora de comer. Puedes ser un buen modelo a seguir al buscar alimentos, bebidas y refrigerios saludables y participar en actividades físicas divertidas. Elegir poner alimentos integrales y saludables en la mesa es un gran ejemplo para tus hijos.

Llevar a los hijos a hacer la compra y preparación de alimentos es una recomendación que siempre hacemos en Montessori. Disfrutarán ser parte de la creación de comidas deliciosas y saludables para la familia.

Usa las comidas como una oportunidad de aprendizaje: busquen los diferentes grupos de alimentos juntos y descubran los nutrientes y las vitaminas que necesita nuestro cuerpo. 

2. Mantener una relación sana con la comida

Tener una mentalidad saludable en torno a la alimentación es clave para la salud de por vida y la protección contra enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes. Fomentamos esta sana relación:

  • Ayudándolos a entender si tienen hambre físicamente. Esto les enseñará a estar en sintonía con las necesidades de su cuerpo.
  • Evitar usar la comida como recompensa o castigo. Usar los alimentos de esta manera puede hacer que los niños formen una relación poco saludable con los alimentos.
  • No prohibir alimentos específicos. Prohibir ciertos alimentos, como los dulces, puede hacer que su hijo los desee aún más.

En lugar de decir no a los alimentos y bebidas poco saludables, limita el tamaño de las porciones y crea expectativas de consumirlos con poca frecuencia (es decir, no todos los días). Habla con tus hijos acerca de por qué ciertos alimentos son mejores opciones que otros. Por ejemplo, si tu hija quiere algo dulce, explícale por qué un alimento integral con azúcares naturales, como una fruta, es una mejor opción que un alimento procesado, como un cereal dulce con azúcar agregada. Trata de usar recompensas que no sean alimentos por buen comportamiento, como una actividad familiar divertida.

3. Olvídate de “¡limpia tu plato!”

Aunque se podría pensar que esto podría ayudar a tu hijo a obtener los nutrientes que necesita de los alimentos, estos comportamientos pueden hacer que no le gusten los alimentos y tener asociaciones negativas con la hora de comer. Si no puedes lograr que tu hijo coma sus verduras, intenta que te vea comiendo y disfrutándolas. Tu pequeño aprende acerca detus opciones de alimentos, así que trata de alentarlo tanto como puedas. También puedes probar ofreciendo pequeñas cantidades de una fruta o verdura con otro alimento saludable que le guste o pidiéndole que escoja uno nuevo para probarlo juntos. Colocar frutas y verduras en formas divertidas y coloridas también puede ayudar a que se vean atractivas en el plato. Es importante recordar que puede tomar varios intentos para que los niños prueben y disfruten de nuevos alimentos, ¡no te rindas! 

4. Haz del control de las porciones una prioridad

Las porciones demasiado grandes pueden provocar un aumento de peso, por lo que es importante que enseñes a tus hijos la cantidad de comida que deben tener en el plato. Una manera fácil de enseñarle a tu hijo sobre el tamaño de las porciones para niños es usar imágenes, por ejemplo: Se recomienda un puño cerrado para una porción de pasta, arroz o cereal. Una porción de carne debe ser tan grande como la palma de su mano. La cantidad de grasas como la mantequilla debe limitarse al tamaño de la punta de su pulgar.

5. Empieza el día con un desayuno saludable

Las mañanas pueden ser apresuradas para muchas familias, pero comenzar el día con una comida balanceada ayuda a tus hijos a obtener los nutrientes importantes, como el calcio y la fibra, necesarios para su crecimiento y desarrollo. Trata de crear desayunos con ingredientes ricos en nutrientes como yogur natural y fruta fresca en lugar de cereales o pasteles endulzados, que tienden a ser altos en calorías y bajos en nutrientes. También encontrarás que tus pequeño se mantienen llenos por más tiempo. 

6. Haz que la actividad sea divertida

Los niños necesitan al menos 60 minutos de actividad física al día. ¿Por qué no unirse a la diversión? Trata de planificar actividades familiares que hagan que todos se muevan, como caminatas después de la cena o natación. Sean espontáneos cuando vean una oportunidad, como bailar juntos en familia cuando suena una canción favorita en la radio. También es importante alentar a los niños a limitar el tiempo sedentario de pantalla y sustituirlos para concentrarse en juegos activos que requieren movimiento.

La incorporación de alimentos saludables y actividades divertidas en cada día ayudará al desarrollo de los niños, mejorará su salud y los preparará para tomar decisiones positivas y saludables durante toda su vida.

Artículo original publicado en Unicef for every child – Parenting – Health, recomendado por la Asociación Montessori Internacional (AMI)