Después de una actividad muy alegre en la que cantamos y nos divertimos unidos en un círculo, los niños comenzaron a deletrear los sonidos que formaban las palabras que repetimos durante el canto. Sonidos, uno a uno que fueron escribiendo en el pizarrón, trazos delicados, inciertos, trazos que no siguen la línea, trazos que gritan ¡puedo hacerlo!
Ante la gran euforia que el ejercicio despertó, invitamos a los niños a copiar ese mensaje de paz y con gran concentración trataron de hacer su trabajo lo mejor posible… ¡Realmente fue un momento mágico!
Pueden ver más imágenes aquí para ver un poquito de lo que se vivió en nuestro ambiente ese día.