Queremos compartir lo que para nosotros fue, es y será la educación Montessori.
Durante el crecimiento de nuestros dos hijos Antonio Y Nikolas tuvimos la oportunidad de compartir 10 años de vida bajo esta educación.
Junto con ellos descubrimos que no sólo se desarrollan los conceptos, sino que también se transforma el alma. El aprendizaje de la cultura se convierte en una aventura donde los niño son los protagonistas en un viaje por la historia que fomenta la participación y no repetición de conceptos vacios, y sin sentido.
Aprendimos también que el orden que existe en cada aula tiene una razón, que ubica y desarrolla la capacidad de sentir paz y atención a una edad donde el cuerpo es difícil de controlar.
El calor humano y responsable de cada una de las Guías nos demostró que un Maestro en toda la extensión de la palabra es alguien que guia de la mano, acompañando en el alcance de metas propiciando la frase: “Ayúdame a hacerlo solo” de María Montessori; al mismo tiempo, agradecemos a esta educación que nos haya entregado unos lentes más amplios de la vida en donde padres e hijos nos convertimos en seres dispuestos a ser proactivos y aventurarnos con propuestas que planteen una nueva realidad.
Finalmente Montessori nos enseño disfrutar y vivir lo que tenemos, nos dio elementos para creer que a través de dialogos e ideas se logran cambios
En esta educación la práctica de paz es una forma de vida y no una postura ideología.
Gracias Montessori porque esta educación transformó a toda nuestra familia.
Solo terminamos diciendo que, para poder ver estos cambios, se necesita humildad para reconocer que hay que cambiar, voluntad para junto con los hijos descubrir nuevas formas de guiar y respeto y confianza en lo que enseñan.
Gracias Colegio Montessori.
Silvia y Helmut Roth