Montessori le enseñó las letras y él nos dio hermosos libros para leer

Gabriel García Márquez, Premio Nóbel de Literatura también dio testimonio de lo que el Método Montessori significó para él.  Le permitió aprender a pensar por sí solo y le dio la libertad para trabajar por sus propios intereses.

“El consuelo fue que en Cataca habían abierto por esos años la escuela Montessori, cuyas maestras estimulaban los cinco sentidos mediante ejercicios prácticos y enseñaban a cantar. Estudiar era algo tan maravilloso como jugar a estar vivo. Aprendí a apreciar el olfato, cuyo poder de evocaciones nostálgicas es arrasador. El paladar, que afiné hasta el punto de que he probado bebidas que saben a ventanas, panes viejos que saben a baúl, infusiones que saben a misa.

No creo que haya método mejor que el Montessoriano para sensibilizar a los niños en las bellezas del mundo y para despertarles la curiosidad por los secretos de la vida.

Me costó mucho aprender a leer. No me parecía lógico que la letra “m” se llamara “eme”, y sin embargo con la vocal siguiente no se dijera “emea” sino ma. Me era imposible leer así. Por fin, cuando llegué al Montessori la maestra no me enseñó los nombres sino los sonidos de las consonantes. Así pude leer el primer libro que encontré en un arcón polvoriento del depósito de la casa, estaba descosido e incompleto pero me absorbió de una manera muy intensa. Pasaron varios años antes de saber que el libro era Las Mil y Una noches.”