Los logros se obtienen trabajando con constancia

Constancia, paciencia, respeto y objetividad: palabras clave en la tarea de la educación.

Muchas veces nos preguntamos si lo que hacemos está bien, si estamos avanzando en la educación de nuestros hijos, si estamos siguiendo el mejor camino o si estamos utilizando todos los recursos para lograr nuestro objetivo…  pero sobre todo, nos preguntamos si estamos dándoles las herramientas necesarias para que logren construirse una vida feliz. 

manos objetivoEn este camino estamos, quienes en una etapa, quienes en otra, y en el día a día nos vamos observando y, muchas veces, nos damos cuenta de que la respuesta a esas preguntas es ¡NO!, y entonces, empezamos a presionar, llegamos a los regaños, gritamos y lanzamos nuestra mejor amenaza: “para la próxima vez que yo vea que tú haces… o no haces…

 

 

El castillo de arena se derrumba ante la primera ola que lo azota.

Participar activamente en el desarrollo de la educación de un niño debe partir desde el punto de la objetividad. Es una tarea que no podrá dar frutos inmediatos, es un camino en el que debemos buscar constantemente puntos de referencia, una tarea que se realiza por partes. El gran final de nuestra tarea no llega cuando nuestros hijos se comportan educadamente, o no hacen su tarea, o hacen caprichos a la hora de comer, o recogen la mesa.  Debemos aceptar que todos esos son avances  y errores que van construyendo el camino, la tarea es constante y nuestro objetivo final es a largo plazo y está muchos años adelante.

manos objetivo 2Nuestras estrategias deben estar basadas en el positivismo del momento presente.  Por supuesto que es mucho más rápido dar un grito para que los niños obedezcan y actúen como deseamos. Pero crear un hábito en el que el niño actue por decisión propia y consciente de lo que hace, toma tiempo y es ese nuestro objetivo final: lograr que nuestros hijos tengan libertad consciente.

En lugar de marcar a nuestros hijos lo que no han logrado hacer (a pesar de que se los hayamos dicho un millón de veces), partamos de una frase positiva: “Me doy cuenta de que ya logras poner tu ropa sucia en el cesto indicado, ahora, vamos a ver que también serás capaz de ordenar tus zapatos y mantener limpios tus cajones”. Esto le da una perspectiva diferente al niño y lo motiva a seguir adelante, además de que nos ahorra la energía negativa que deja el grito “¡Pero es que no puedes guardar tus zapatos y ordenar tus cajones!”

Mirar desde las metas alcanzadas también nos motiva como padres, pues nos indica que sí estamos avanzando. Enfocar la energía en observar los logros y desde ellos, partir para seguir construyendo tácticas familiares que nos ayuden a continuar progresando, nos libera de culpas y miedos que generan frustración y conflicto con nuestros hijos.

manos objetivo 3Todo momento es una oportunidad de crecimiento, todo lo que hacemos tiene una consecuencia, así como marcamos las consecuencias negativas –que resulta siempre muy positivo si se hace adecuadamente, también ¡sobre todo!, marcar las consecuencias positivas ayudará en el desarrollo del crecimiento del niño y de nosotros como padres.

Respeto y paciencia. Creo que son dos palabras que tenemos que traer a nuestra mente cada vez que notamos que los objetivos a corto plazo no se están logrando. Recordemos que la gran tarea no ha llegado a su fin, la educación no es inmediata.  

¡Observarnos como padres es la mejor manera de lograr que nuestros hijos reciban lo mejor de nosotros!