“Es de vital importancia que dentro del ambiente familiar y mientras la mente absorbente esta operando, los padres y familiares se den cuenta de que ellos son los ejemplos de gracia y cortesía, sus acciones y comportamientos entran al medio ambiente del pequeño niño para ser absorbidas, primero de manera inconsciente.”
Las tendencias humanas han permitido a la inteligencia y voluntad combinarse, para que el desarrollo humano se expanda y crezca. Gracia y cortesía tienen que ser estudiadas y presentadas en relación a las tendencias humanas si son para convertirse en una responsabilidad del ser humano. Así como los planos de desarrollo, las tendencias humanas deben tener su lugar en nuestro estudio de gracia y cortesía como nuestra responsabilidad humana. Los ejercicios de gracia y cortesía no deben ser contados como una de las cuatro secciones en las que se dividen los ejercicios de vida practica, con un poco de ejemplos presentados a los estudiantes en un curso de entrenamiento y a los estudiantes de una clase Montessori. Los ejercicios de gracia y cortesía tienden a convertirse en “las relaciones pobres” entre los ejercicios de vida práctica. En su lugar, tienen un valor trascendental en el hacer y madurar del ser humano y sólo si el mundo del adulto valora este valor trascendental, gracia y cortesía se convertirán en una gran expresión del ser humano y de su responsabilidad en la realización de la creación.
El diccionario Oxford define a gracia como primer atractivo, especialmente en elegancia de proporción, modales o movimiento, y en segundo lugar como una buena voluntad. Define cortesía como conducta o actos amables y considerados. Pero aquí hay otra definición. St. Francis de Sales habló de cortesía como la “fina flor de caridad.” Ahí llegamos a su valor trascendental. “caridad” – “amor”- “la fina flor de amor”.
Y si vamos al amor- en su esencia- no es un sentimiento vago alrededor del corazón, no son rosas y chocolates, no hay nada suave acerca de ello. Es un acto de voluntad -desear el bien del otro.
Eso es lo que debemos tener en mente cuando consideremos gracia y cortesía en términos de responsabilidad humana. No somos nosotros los que debemos ser considerados- es la otra persona- nuestra consideración tiene que ser para él.
Dra. Montessori nos ha dicho que “para ser una acción con gracia no es suficiente hacerla con una sonrisa en nuestra cara.”
Para hacer una acción en gracia la fina flor de la caridad, la sonrisa tiene que estar en el corazón- el acto debe ser un acto de amor, uno del cual somos responsables y acto de voluntad.
Pero para que la voluntad actúe, tiene que haber enseñanza. La voluntad es una facultad ciega, tiene que ser iluminada por el intelecto. Las acciones de gracia y cortesía no se pueden convertir en actos de responsabilidad humana hasta que el conocimiento de ellas haya sido dado al intelecto y la voluntad haya sido lograda para elegir actuar con gracia.
Como con todo entrenamiento de responsabilidad humana, su desarrollo depende de la educación. Esa educación comienza en el hogar. Y si no comienza ahí, los fundamentos para el futuro son carentes. La responsabilidad humana comienza con los padres y su responsabilidad es educar a sus hijos con conductas de gracia y cortesía encaminadas al amor.
La educación del niño en gracia y cortesía, para amar y servir a otros, comienza desde el momento en que el niño nace y por ello entra a una sociedad humana. Esa sociedad humana es primeramente la familia, la primera unidad de sociedad, la base de la sociedad. Esa unidad de la sociedad es un medio ambiente preparado en el cual el niño se orienta y adapta a si mismo a su tiempo, lugar y cultura. Este primer medio ambiente es el de movimientos y lenguaje. En todos estos las tendencias humanas del niño operan para permitirle hacer un conocimiento de ellas. El tiene que explorar lo que hay en el medio para orientarse a si mismo dentro de él, para ordenarlo, para comunicarse dentro de él, para practicar y repetir todo lo que su mente absorbente toma del medio.
El niño cuando nace entra al primer plano de desarrollo con sus características psicológicas particulares. Es un explorador de hechos sensorial, su medio ambiente es un campo de impresiones sensoriales sobre el cual sus tendencias humanas operan. Cada plano de desarrollo, la Dra. Montessori nos enseñó, están divididos en dos sub-planos. Las características psicológicas de los planos operan a través de ambos sub-planos- en el primer sub-plano donde se establece un patrón, en el segundo sub-plano donde se cristaliza y organiza ese patrón para asegurarse que funcionará, y convertirlo en el patrón propio del niño.
Para el primer plano de desarrollo, la Dra. Montessori enfatizó, el niño es el procesador de lo que ella llama “una mente absorbente.” Esta mente absorbente opera de manera diferente desde la mente del adulto, y pertenece sustancialmente sólo al primer plano de desarrollo, convirtiéndose, en la continuación del segundo plano, la mente razonada, duradera para el resto de su vida.
En las imágenes podemos apreciar la felicidad que les causa a los niños servir a sus compañeros el lunch en la “Tiendita de los Viernes”, un momento para poner en práctica la Gracia y Cortesía.