“Yo creo que si nuestros hijos y nietos van a ver el siglo 22, los que están gestionando y viviendo las cosas ahora, necesitan valorar el siglo 21 para crear una civilización que mantenga la paz y la misericordia, la justicia y el respeto por las necesidades y el bienestar de los demás como valores fundamentales. Estos valores constituyen la esencia de la educación Montessori, y creo que estos valores apoyarán el valor de nuestro planeta y de nuestra especie.” S. Hughes
Leamos lo que el Dr. Steven Hughes ha escrito sobre la neuropsicología relacionada con el sistema Montessori.
La educación Montessori es un método de desarrollo basado en el cerebro, que permite a los niños tomar decisiones creativas en el descubrimiento de las personas, los lugares y el conocimiento del mundo. Se basa en el aprendizaje, la auto-expresión, y el juego de colaboración en un entorno preparado de respeto, paz y alegría. Pero, por supuesto, también se trata de un modelo educativo que se enfoca en desarrollar el cerebro. Una maestra Montessori bien preparada sabe en qué etapa de desarrollo cerebral está cada niño, cómo la está realizando y de qué circunstancias externas se está alimentando. El método Montessori es una educación diseñada por un la neuropsicología de desarrollo pediátrico.
La educación Montessori es un modelo original basado en el desarrollo del cerebro. Es, en mi opinión, el mejor modelo de educación. El cuerpo tiene un interesante “mapa” a lo largo de la corteza cerebral. No existen coincidencias de mapeo relacionadas con el tamaño de cada una de las zonas. No es un programa de materias de asignación uno a uno. El ser humano que se construye, lo hace no en base a lo que piensa el cerebro, sino por medio de una característica que pudiera parecer inusual: la inteligencia de las manos. ¿Por qué los niños pequeños, que aún están desarrollando su capacidad para entender el lenguaje, pasan mucho tiempo sentados escuchando a los maestros? Ese es el modelo que se observa en una escuela convencional. ¿No sería más agradable diseñar un modelo educativo en torno a la práctica de la actividad, la manipulación física, y la interacción con el entorno? Esto fue precisamente lo que hizo María Montessori. Hay un modelo de la forma en que el cerebro está organizado y la forma en la que funciona, es como un sistema de nódulos y redes. Las áreas del cerebro no funcionan de manera aislada, sino que se comunican con otras áreas a través de redes de fibras activas. Los cerebros necesitan nódulos sanos y redes saludables para poder funcionar. Los nódulos se pueden definir como pequeñas áreas circunscritas del cerebro, que desempeñan una función especializada. Un buen ejemplo de una función especializada es la lectura. La lectura es una función cognitiva que requiere el uso coordinado de más de un nódulo. La actividad de la lectura no sucede en un solo lugar en el cerebro, es la coordinación de varios lugares que cubren puntos como reconocimiento de letras y palabras, el procesamiento fonológico y la comprensión del lenguaje. De alguna manera, María Montessori sabía de estas redes cerebrales. El plan de estudios de lectura Montessori está asombrosamente diseñado para ayudar a los cerebros en desarrollo en la tarea de condensar las conexiones que realizan ciertas funciones.
En el cerebro de un niño con una discapacidad de aprendizaje, existe una conexión que no se formó. Esa conexión es un componente crítico para el desarrollo de la lectura. Si podemos identificar que un niño tiene una conexión que no esté funcionando correctamente o no esté funcionando en absoluto, podemos ayudar a que se forme. Una de las maneras de hacerlo es a través de una serie de tareas específicas y repetitivas que están dirigidas al entrenamiento de esa pequeña parte de la conexión sin desarrollar. En realidad se puede remediar significativamente utilizando un método que se enfoque a motivar ese proceso.
Las redes son las fibras que subyacen en la superficie del cerebro o la corteza. Cuando uno se enfrenta con una tarea nueva, las necesidades cerebrales ayudan; el cerebro entonces hace un llamado a todos los sectores involucrados para resolver el problema. Un sistema de red sano y bien desarrollado ayuda a traer todas las manos, o todas las neuronas, a la cubierta. Hay una gran cantidad de procesamiento general. Pongamos por ejemplo la resolución de problemas mientras se está leyendo una novela.
En un aula Montessori, el niño va a aprender cómo tomar un objeto que tenga dos puntos de agarre, por ejemplo el lápiz Bailey para realizar el trabajo del cilindro: las pequeñas manijas unidas a los cilindros requieren ese tipo de manipulación. Cuando el niño pasa entonces a la escritura, ya sabe cómo sostener un lápiz como resultado de todo el tiempo que pasó con el manejo de los cilindros. Este es un ejemplo de cómo las redes realizan su función cerebral. La novedosa tarea de sostener un lápiz se apoya en las actividades anteriores.
Hay algunas cosas que sabemos que pueden ayudar a desarrollar redes cerebrales sanas y fuertes. La repetición ayuda a construir mejores cerebros. La repetición es una parte importante del ambiente Montessori.
Tomemos, por ejemplo, la torre de color rosa. El sistema motor del niño se está desarrollando para que pueda mantener las piezas superiores de la torre lo suficientemente alta, colocándolas en la parte superior de un cubo al otro. Se siente bien cuando logra desarrollar esta maestría. También podemos construir mejores cerebros, proporcionando a nuestros hijos valores que los hagan sentirse seguros. Un niño puede sentarse en un hermoso lugar, en el aula y mirar un libro en paz. O bien, puede dedicarse al cuidado de las plantas. Tiene la libertad para comprobar si las plantas necesitan riego y ha adquirido conocimiento para poder cuidar de otro ser vivo. ¡Manos a la obra!, esto puede mejorar consistentemente el aprendizaje. Hay una investigación que compara directamente los efectos de la observación vs el aprendizaje práctico. No causa sorpresa saber que el trabajo realizado con las manos proporciona un conocimiento consistente. En un aula Montessori, los niños aprenden que las tareas tienen un proceso: un inicio (preparar material), el momento para realizar el trabajo y la parte final (guardar). Todas estas prácticas de actividades del área de Vida Práctica están apoyando el desarrollo de redes que se utilizarán en tareas posteriores.
Sabemos también que podemos construir mejores cerebros a través de actividades multi- sensoriales o por medio de actividades específicas de un sentido. María Montessori observó que los niños se sienten atraídos por el equilibrio sobre barandillas o el funambulismo en las líneas. Se dio cuenta de que los niños se sienten atraídos por este tipo de actividades, así que se entendió que debe haber una especie de necesidad de desarrollo que dé origen a esos movimientos.
María Montessori escribió al final de su carrera acerca de las características de niños de todas partes del mundo, creciendo en entornos diversos. Observó que tenían características comunes tales como amor al orden, al trabajo, al silencio y sobre todo tenían capacidad de concentración profunda. Demostraron la debida obediencia, no obsecuencia. Ellos mostraron independencia e iniciativa y tenían la autodisciplina espontánea. Ellos estaban bien unidos a la realidad y se mostraban alegres.
Creo que estamos empezando a darnos cuenta, en los niveles de organización nacional e internacional y que tenemos que analizar y aprovechar las fuerzas que controlan lo que sucede en las escuelas pues debemos trabajar para cambiar la sociedad en beneficio de los niños.
En el otoño de 2006, Angeline Lillard publicó un estudio en la revista Science, una de las revistas más prestigiosas del mundo, en donde examinó los resultados académicos, sociales e intelectuales de los niños que fueron educados en un ambiente Montessori. Ella usó una muestra de estudiantes de Milwaukee, donde hay una participación fantástica en una escuela pública Montessori. Muchas personas quieren enviar a sus hijos a Craig Montessori School de Milwaukee. Tienen que entrar en un sorteo para ser aceptados. Lillard pudo comparar a los niños ganadores de la lotería que pudieron asistir a la escuela Montessori, con los niños que solicitaron el ingreso pero no lograron entrar y terminaron en otras escuelas. Esto proporcionó a Lillard un universo de población urbana de bajos recursos. En su estudio, Lillard encontró que los niños Montessori se mostraron significativamente más fuertes en las habilidades tanto de cognición como sociales. Ellos tuvieron un mejor desempeño en el mundo académico y fueron más capaces de entrar en empatía con otros.
El resumen general de la obra de Lillard es que en un mundo real, público, el centro Montessori con una excelente implementación del modelo educativo, mostró grandes diferencias a favor de los niños de Montessori en las tareas ejecutivas, en la decodificación y principios de las matemáticas, la comprensión del pensamiento y entendimiento de una justicia social ya desde finales de preescolar. Esas ventajas estaban presentes desde el principio y se mantuvieron y se hicieron más fuertes en el último grado de primaria.
La mayoría de las personas creen que el método Montessori trabaja para niños con privilegios. Pero seguramente estarán encantados de escuchar que también se puede trabajar en los sistemas de escuelas públicas, porque la mayoría de los niños van a las escuelas públicas convencionales. No hay ninguna razón por la cual las escuelas de nuestra cultura tengan que ser como son. Se trata de la industrialización. Se trata de la tradición. Se trata de inercia. Nadie que sea un psicólogo de desarrollo o neuro psicólogo, diseñaría una escuela como la que hoy en día se vive en un sistema convencional. La estructura de la Escuela es un hábito.
En este punto, en la historia del mundo, en la historia de nuestra civilización, lo que pase después, dependerá de cómo la Tierra y sus habitantes son considerados con aquellos que puedan heredarla.
De la colección denesayos “Paternidad para un nuevo mundo”.