No hay palabras que puedan explicar los sentimientos que se enredan cuando un ciclo escolar se cierra. Vidas que se encontraron desde los primeros pasos y se separan ahora que las puertas de la adolescencia empiezan a abrirse. Aprendizajes, experiencias, errores y aciertos que van conformando historias, van construyendo cimientos, van armando el caracter y modelando el corazón.
No hay palabras para describir el gozo que siente mi corazón al ver a los niños crecer, lograr retos que parecían tan difíciles y alcanzar metas que se veían tan lejanas.
No hay palabras para agradecer las sonrisas, las miradas, los abrazos, las lágrimas y los silencios. No hay, porque lo que se arma con sentimiento dificilmente se desarma y la horma que se va modelando alrededor de vidas pequeñas queda en la memoria de los armadores que recuerdan el diseño de cada obra, de cada diseño.
El Guía Montessori es observador de su obra, y soríe con lágrimas cuando constata que los pequeños que lo acompañaron en el transcurso de un ciclo, pueden tomar un camino aparte y pisar firme, guiados por su corazón, un corazón que sabe ser libre porque se fortalece en su responsabilidad y compromiso con su mundo, con la vida, con la humanidad.
Gracias a todos los pequeños que armaron este Año de Aniversario. Ha sido un año con contrastes preciosos que armonizaron entre agudos y graves los tonos del ir y venir de la sinfonía que se compuso.
Gracias a los padres de familia por confiarnos su más grande tesoro. Nuestro compromiso se refrenda y estaremos listos y felices de iniciar el 21 de agosto de 2017, una nueva aventura de vida con sus hijos, con nuestros niños. Construyendo la vida, desde el corazón, conscientes de trabajar con almas.
¡Felices vacaciones!
Tita Llerandi,
Coordinadora, Montessori de Cancún