Les compartimos unas fotografías de niños tratando de controlar el equilibrio con vasos llenos de agua y pelotas de golf en unas cucharas de cerámica. ¿Un juego? ¡Más que eso!
El ejercicio de caminar sobre la línea, tiene como principal material una línea dibujadando un elipse en el piso del ambiente. Esta línea puede esta pintada, puesta con cinta o cortada en el mismo mosaico del piso. Una elipse es una línea curva plana que es la suma de las distancias en cada punto en su periferia, desde donde dos puntos fijos son iguales. Lo amplio de esta línea intenta replicar una línea dibujada en la arena; en otras palabras tan angosta como sea posible sin que resulte invisible.
Es una elipse no es un círculo, ni tampoco un cuadro redondeado. Su forma en cualquier punto difiere de la forma en el centro, ¿por qué es importante? Para contestar esto veamos el propósito de la elipse. La elipse es usada para los ejercicios de movimientos en la clase de Casa de los Niños. Hay dos ejercicios en el área de movimientos: caminar sobre la línea y el juego del silencio. Todos los ejercicios en Casa de los Niños tienen que ver con movimiento, ya sea para control y coordinación del movimiento o para la destreza manual o el refinamiento del movimiento. Los ejercicios tienen movimiento como parte del la actividad. El movimiento en el ejercicio de caminar sobre la línea y el juego del silencio son únicos porque su actividad es estrictamente enfocada en el movimiento. El propósito de ambas es el movimiento en si.
El ejercicio de caminar sobre la línea ofrece al niño la posibilidad de adquirir equilibrio, de refinar movimiento coordinado y de mejorar su postura y su porte. Estos permiten al niño mejorar su conocimiento y consciencia de sus propios movimientos y de su cuerpo. Podemos decir inclusive que hay una cualidad espiritual para ser encontrada en el ejercicio de caminar sobre la línea. Si pudiéramos ver que el espíritu del hombre es expresado en la forma en la que se lleva a si mismo, en la manera en que se mueve, en la manera en la que se expresa físicamente, cuando podemos inferir que cualquier actividad que involucra movimiento nos revelara el espíritu real del individuo.
La forma elíptica de la línea actúa como punto de interés para el niño. Él no camina alrededor como lo haría en un círculo que no cambia nunca. En una elipse, la atención del niño es llamada por la variante de la forma. En los contornos angostos de la elipse el debe bajar su rimo y dar vuelta justo donde negocia la curva y al mismo tiempo mantenerse sobre la línea. En los lados de la elipse el debe consistentemente moverse fuera del punto central de la curva y luego regresar de nuevo para llegar al contorno angosto. Esto hace que se concentre profundamente en la actividad de movimiento.
La fluidez de la elipse difiere mayormente de lo abrupto de las esquinas de un cuadrado o un rectángulo. La curva de la elipse ofrece la posibilidad para que los movimientos del niño sean continuos.
El niño no necesita alterar sus movimientos abruptamente en la esquina, algo que sucedería en una forma cuadrilateral.
La elipse es un pedazo de material como cualquier otro en el ambiente. Este tiene su propio espacio y debe estar libre de objetos, tapetes, sillas, mesas. Nosotros pensamos que las presentaciones necesitan guiar a los niños a trabajar en la caminata en los niños mas pequeños al simplemente enseñarles a caminar en la línea de manera natural y las actividades ese extienden a niños de mayor edad a quienes se les puede enseñar a caminar la línea con dos velas ligeras. El trabajo con la elipse se expande en los tres años de la estancia del niño en casa de niños. La Doctora Montessori nos recuerda que el movimiento nos ayuda a desarrollar la mente, y esto encuentra una renovada expresión y un mayor movimiento y actividad. Le sigue el que estamos involucrados en un ciclo, porque mente y movimiento son partes de la misma identidad.
Todas las actividades de vida práctica ayudan al niño a controlar y coordinar sus movimientos. Pero hay dos ejercicios especiales que tiene solo esto como su meta, caminar sobre la línea y el juego del silencio. La actividad de caminar sobre la línea es natural proveniente de algo que todos los niños hacen espontáneamente. Caminar sobre curvas, líneas, bardas, etc. Una vez que el niño ha alcanzado una posición derecha y levantada su porte va ganando balance y pose.
Decía Montessori: “.. Lo más difícil es caminar guardando el equilibrio y el balance en la posición más difícil, como, por ejemplo, caminar en las vías. Si los niños encuentran cualquier clase de rastro, ellos caminan sobre este y esto corresponde a la necesidad que ellos tienen de ejercitar su falta de equilibrio, o de la gracia de los movimientos que provienen de esto, así como el aprender a caminar al poner los pies lo mas cercanos posible uno frente al otro. Yo recuerdo siendo una niña pequeña, en la escuela regular teníamos recreo. De inmediato al sonar la campana todos correríamos a caminar sobre la barda. Para los principiantes tomaríamos la mano de unos y otros pero el objetivo era lograrlo sin asistencia. En mi memoria parece que lo hicimos día tras día sin ninguna maestra alrededor.”
Era la dificultad la que propiciaba el interés, comentó Mario Montessori.
El elemento de la exactitud crea un interés por sobrepasar la dificultad. Sin dificultad no hay interés. Ponga una cuerda a través de un cuarto, trate de caminar sobre esta. Si lo logras, te sientes satisfecho. Pero no tiene emoción si solo se te pide caminar a través del cuarto. No hay reto a tus poderes tu no tienes que exigirte a ti mismo. La atracción se apoya en la dificultad.
La actividad del ejercicio de la línea es un ejercicio especifico que contrasta con el movimiento al ritmo de la música, eurítmica que también se pueden hacer se en la línea y sabemos de los niños marchando y esquivando y corriendo en las puntas con la música de piano de Elise Braun Marnett. Hoy, esto se hace frecuentemente sin piano, usando CDS y cintas disponibles. Con música apropiada para marchas esquivar etc. Los niños disfrutan moverse al ritmo de la música cantar y todas las expresiones espontáneas deben ser favorecidas. Pero esto no es caminar sobre la línea. Caminar sobre la línea es en cambio un ejercicio específico. Primero debemos simplemente mostrar al niño como caminar en la línea, y esto puede hacerse a todo un grupo al inicio del año. Los niños más pequeños deben simplemente intentar poner ambos pies en la línea. Los más grandes intentaran caminar talón a puntas. Lo que acorta el centro del balance e incrementa la precisión y la dificultad del movimiento. El interés viene del adecuado nivel de dificultad.
Ponga música de fondo o simplemente marque un tono. Pachelbel, Mozart, Vivaldi, hasta Windham Hill, o un instrumento (pandero, tambor, claves) que marque un ritmo. La actividad de caminar sobre la línea es como una meditación en caminata.
Es un ejercicio espiritual. Aumentamos la dificultad al sumarle objetos para cargar. La guía debe demostrar la manera como se sostiene un objeto y da un punto de dificultad.
Vean si pueden llevar la campana sin que esta suene—
Vean si pueden llevar el tazón con agua sin derramar agua
Y así…
Vean si pueden caminar con este libro (dentro de una canasta) sobre su cabeza.
Montessori dijo: “Cuando un niño es amo de sus pies al caminar, su atención se puede distribuir en sus diferentes movimientos. Así, el niño podrá llevar un vaso de agua y sostenerlo en una forma que el agua no se derramará, si no pone atención en el vaso, mientras el observa sus pies, el agua se derramará.
Entonces su atención, poco a poco se dirige a todo su cuerpo, dejando sus pies derechos sobre la línea y tomando el vaso correctamente y se hace consciente de todo su cuerpo.”
Quizás la pieza de resistencia seria caminar sobre la línea balanceando un libro o la canasta en la cabeza y cargando dos ligeras velas. Ponga algunos objetos en la mesa en el centro de la elipse e invite a los niños a seleccionar un objeto para llevarlo. Así ellos podrán determinar para que nivel de desafío están listos o cual reto desean tomar.
Cada ambiente de Casa de los Niños necesita una línea en el piso y la posición de esta debe ser pensada con cuidado. La línea deberá ser lo bastante grande para que esta sea una actividad de grupo pero no deberá ser un lugar para sentarse y juntarse par a tiempo de círculo. Es una pieza de material para movimiento. Esta necesita, por lo tanto, estar libre de objetos, tapetes, mesas o sillas. Nosotros debemos siempre llevar la atención de los niños a que no debemos poner tapetes sobre la línea. Porque, como ningún otro material, una vez que el niño sabe como utilizar la línea para caminar, ya podrán caminar como una actividad individual, en cualquier momento. Si se cuenta con un espacio agradable, se puede proponer una elipse al aire abierto, en donde los niños realicen el ejercicio aumentando la atención, ya que deberán aislarse de los elementos distractores de un patio.