En el año 1956 se publicó El arte de amar, escrito por Erich Fromm, quien fue un psicólogo social alemán que procuró siempre acercarse al lado más humano de las personas. Cuentan que cuando escribió este libro su propósito era promulgar el verdadero sentido de la existencia humana: el amor. También abordó especialmente el amor maternal. En esta obra, que incluso en nuestros días goza de vigencia gracias a su buena lectura y aplicabilidad en la vida diaria, Fromm reflexiona y analiza acerca del amor. A partir de un punto de vista objetivo, y sobre todo, crítico, aborda todos los aspectos que implica y cómo debe ser un amor sano. En uno de sus capítulos se centra en el amor entre padres e hijos. Y nos brinda una lección importante: para saber amar debemos elegir ser felices.
El amor incondicional es aquel que sólo puede brindar una madre. Este amor es único. Sólo entiende que dar es mejor que recibir. Una madre da todo su amor a sus hijos y elige que sus hijos sean felices a través de su amor. Por su parte, un hijo puede constatar este amor al ver que su madre es raíz, alimento, hogar, refugio, perdón, crecimiento y renovación.
La madre, según Fromm, es aquella que ama no por lo que eres sino porque eres; es decir, una madre no ama a su hijo por quién es sino simplemente porque existe. La incondicionalidad es el rasgo principal del amor maternal. Una bendición.
Una madre ama sin limitaciones
Una carta de amor maternal
“Vida mía, tengo que pedirte un inmenso favor. Realmente deseo de todo corazón que seas tú mismo siempre. Ámate con virtudes y defectos. Mantente fiel a ti mismo cada día de tu vida. Especialmente, sé todo lo que quieras ser y elige ser feliz.
Lo que te quiero pedirte por sobre todas las cosas es que elijas ser feliz. No necesito que busques complacerme ni hacerme feliz a mí. Yo ya he vivido mi vida en base a mis propias elecciones. Ahora ha llegado tu turno de perseguir tus sueños, de luchar por alcanzar tus metas.
Por mi parte, prometo hijo mío no proyectar mis sueños incumplidos y frustraciones en tu vida. Serás lo que tengas y quieras ser, no aquello que yo no alcancé a ser. Serás tus logros y victorias, pero también tus fracasos, que te enseñarán como ninguna otra cosa en esta vida.
Quiero recordarte que no tienes un techo, no hay barreras ni existen límites. Cuidaré hasta la eternidad de ti y tu libertad. Preparé las mejores alas para que puedas volar tan alto como puedas. Pero eres tú el que elegirás el camino. Aquí estaré para verte volar y para acompañarte cada vez que así lo quieras.
Visualiza, imagina todo lo que quieras para ti. Creo en ti. Arriésgate cada vez que sea necesario. Tú eres tú. Único. Tan perfectamente imperfecto como yo, como cualquier ser humano, pero sin igual.
¡Haz arte de tu vida!
Serás tú mismo tu propio artesano del destino. Esculpe tu vida, delimita tu dirección, marca tu ruta. Sé tu propia obra de arte y sé artista a la vez. Haz arte de tu vida. No eres tan solo la continuación de un apellido, ni de un mandato familiar. Eres y vales muchísimo más que ello, ¡demuéstralo simplemente eligiendo lo que te apasiona y te hace feliz!
Elige el camino que quieres recorrer, no el que creas que los demás elegirían. Ni siquiera el que yo hubiese querido, para ti, o para mí, da igual. Osado, libre e independiente, así te visualizo, para tu bien, y así deseo que vivas hasta tu último día. Sé todo lo que quieras ser, o no serás nada, ni nadie.”
Sé todo lo que quieras ser, así serás feliz. Expón con firmeza pero con flexibilidad tu punto de vista, aprende a escuchar a los demás, sobre todo cuando no estés de acuerdo. Abraza con perseverancia y vehemencia tus ideales.
Permite que tu cincel reduzca a pedazos toda aspereza y redondee aquellos ángulos conflictivos que puedan agobiarte. Los miedos, inseguridades, dudas y temores pueden borrarse si los desmentimos. Edifica siempre sobre tus propios valores. No te asientes sobre cimientos y columnas ajenas.
Que tu sonrisa tan sea contagiosa para otros como lo es para mí. En mi corazón siempre serás bien amado sólo por existir. Espero que mi inmenso amor te haga fuerte y te ayude a valorarte, a creer en ti mismo y a recuperarte si hace falta.
No debes regatear ni mendigar aquello que no se te brinde genuinamente. Ser amado no es algo que se pide, se gana. Si alguien te ama, no permitas que te mendigue. Si puedes dar amor, da. Si no, entonces sé sincero y gentil. El pasado ya pasó, no te estanques. Vive plenamente el presente pero no te olvides del futuro. Sobre todo, elige ser feliz
En definitiva, cambia el dicho y haz que tu vida valga la alegría, y no la pena. Sólo deseo que, sea lo que sea que hayas elegido, te hago plena e inmensamente feliz. Deseo que tus ganas sean más grandes que tus miedos.
Sigue tu instinto, escucha a todos pero no creas con facilidad en las dificultades. Muchas veces, escuchar los miedos de otros nos puede limitar Sé humilde, sé valiente y si puedes ayudar a otros, hazlo porque ciertamente puedes lograr todo lo que te propongas.
No sólo de ilusiones se vive, es cierto. Aunque la esperanza nunca hace daño a nadie. Abraza pasiones, sueña, imagina y prueba que lo imposible sólo existe depende de cómo se vea. Desanda caminos previamente andados, pon a girar tu mundo.
Sueña lo que quieras soñar, sé todo lo que quieras ser, ve a donde quieras ir, porque solo tienes una vida y una oportunidad para hacerlo. Sé feliz.”