Ahora tienen 28 y 26 años, él, Médico Ginecólogo y ella, Postulante al Doctorado en Neurociencias. Muchos años ha pasado desde que salieron de su Escuela Montessori, cuando entraron solo tenían un año y medio y nunca reclamaron quedarse en casa al lado materno, señal que les encantaba ir a la escuelita, y así se les quedo grabado que ” APRENDER ES UN JUEGO CREATIVO Y DIVERTIDO”.
Hoy por hoy doy mis agradecimientos a la inspiración de María Montessori, que supo ver el alma del niño y protegió con su método su afán natural de explorar y descubrir los campos del aprendizaje. Hizo posible que ello fuera un gusto y no un sufrimiento.
Curiosamente nunca reprobaron materias en la secundaria ni en la prepa, y lo más encantador fue que NUNCA TUVE QUE HACER TAREAS CON ELLOS, dieron muestras claras de independencia y suficiencia para saber qué y cuándo estudiar.
Cuando viene de vacaciones me sorprendo que los encuentro con frecuencia estudiando y profundizando en ello. Su mente está ávida de información útil, creo que no saben lo que es aburrirse.
¡Desde luego que el método con el que aprendieron a aprender ha sido la clave!
Por mi profesión de psicóloga, confirmo que la capacidad intelectual bien desarrollada y bien educada es la mitad de la solución de nuestros problemas cotidianos. Me sorprendo cuando observo que algunos de mis pacientes NO SABEN PENSAR, NI ORGANIZAR CORRECTAMENTE SUS PERCEPCIONES. De ahí que sus decisiones son deficientes y sus resultados pobres. Al final NO CONFÍAN EN SÍ MISMOS Y NO SE ATREVEN A SER CREATIVOS E INNOVADORES.
La solvencia para vivir retos y desafíos tiene como base, entre otras condiciones, el sentir el amor por el descubrimiento de la vida.
Así, después de tantos años, lo veo en mis dos hijos y agradezco profundamente a la escuelita Montessori ( en ese tiempo era pequeña) por haber participado notablemente en ello.
Isabel Ravelo C.
Abril de 2014