Gallinita, gallinita ¿Qué se te ha perdido en el pajar?
Una aguja y un dedal
Da tres vueltas y la encontrarás
La educación es un proceso de vida y no una preparación para la vida futura. De la vida diaria, deberán provenir las actividades en las que los niños aprenden cosas sobre la vida y las habilidades necesarias para tener una buena vida. Una escuela Montessori es un mundo aparte, especialmente preparado para que los niños encuentren oportunidades de aprendizaje de la vida, donde pueden entrar en contacto con las bellezas de la vida de una forma natural, en un ambiente de respeto. calidez y amistad que permiten al niño encontrar la forma de interactuar con la sociedad que le ofrece mil y un posibilidades de confrontación.
Leemos en El niño y la naturaleza “Animales en todas las épocas, aunque en diferentes niveles de desarrollo orgánico, movidos por diferentes y opuestos instintos bajo el estímulo de diferentes necesidades, capaces de diferentes funciones, son todos miembros ordenados de una gran disciplina social para servir. Son guiados entre los campos como un gran ejército que pelea por el mantenimiento del orden en la Tierra.” ¿Qué mejor forma de conocer a los animales que entrar en contacto con ellos de manera espontánea, bajo la supervisión de un adulto que no limitará las necesiades del niño?
Traer del juego el aprendizaje; de la vida cotidiana, la reflexión; de las relaciones habituales, amistades de una vida.
Y también de El niño y la naturaleza: “Pasando de la consideración del inconsciente- esto es lo que
nunca llegará al conciente, incluso si todos los seres vivientes fueran dotados de conciencia similar a la nuestra, nosotros por lo menos alcanzamos al hombre, el más reciente y perfecto de la creación. A él también le ha sido asignado un compartir inconsciente en la tarea universal del orden y la creación.”
Puedes leer una traducción del libro El niño y la naturaleza en este link.