Si tocamos a los niños, tocamos a la humanidad

“Un escultor hace una estatua y se enamora de ella, tal era su amor que le dio vida a la estatua. Así es cómo consideramos a la humanidad ahora. Inconscientemente consideramos a los grupos sociales como las estatuas que se han convertido de repente en seres humanos. Pero no es así, no surgen de repente como seres humanos adultos. Historias de estatuas que cobran vida se han ilustrado en las películas. El hombre creó una máquina, la máquina cobró vida, pero sin alma. Se convirtió en un monstruo. Esto es otro punto oscuro en nuestras mentes. La humanidad es un monstruo cuando es adulto, sediento de sangre, cae en masacre continua, pero no viene a la vida de repente, no se ha creado en un momento, una hora, una semana o un año incluso. Fue el resultado de años de esfuerzo y de trabajo. Porque el que construye a esta persona adulta, este adulto que puede llegar a ser más cruel que los monstruos de las películas, era el niño que, por su propia vida, a través de años de construir su propia personalidad, se convirtió en hombre o mujer adulta.

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Al confrontar el problema de la guerra, debemos considerar al hombre en el período cuando fue excluido de la sociedad, cuando él no tenía derechos, pero cuando quizás él pudiera haber estado construyendo al monstruo que tanto tememos. Tal vez aquel hombre que nosotros hemos soñado, aquel del cual los idealistas han predicado en el pasado, lo podremos encontrar en el período de la infancia. Está claro que el hombre se desarrolla durante la infancia. No debemos llamarle niño, por consiguiente: ese pequeño ser quien es tan despreciable. Cuando un bebé nace no es un hombre que comienza, es ya el Hombre en sus orígenes, al que debemos considerar.

Si tenemos esto claro en nuestras mentes no podemos pensar en dejar a la sociedad como es hoy, debemos considerar al niño en nuestra sociedad. Este trabajo de la construcción del hombre, este trabajo que tiene sus diferentes etapas, es causado por las experiencias de cada individuo. Este es el trabajo que debemos considerar hoy. Una ciencia debe ser creada para estudiar este trabajo en todas sus fases. El estudio de la construcción del ser humano, del niño que construye al hombre por sus experiencias.

Esta ciencia será real, tendrá muchas ramas, la psicología infantil ha comenzado ya. No se debe llevar a cabo a sangre fría, así como estudiamos Botánica, Zoología o Mineralogía. Esto no debe ser un estudio científico fresco. Requiere del re-despertar de la conciencia de hombre. La re-dirección de nuestros ideales, la realización donde recae nuestra esperanza. Esto está obligado a atraer la conciencia de todo. No como la Botánica que interesa a un cierto número de gente, o la Zoología que interesa únicamente a unos cuantos; o si el estudio de las piedras en el cual aún menos están interesados. Pero, si tomamos al niño, nosotros atraemos a la humanidad entera porque los niños entran en las vidas de todos los hombres y mujeres. En cualquier parte donde el hombre exista, los niños nacen. ¡Y si atraemos el amor y la atención de todos los hombres a los niños, debemos recordar que no es la atención del niño que atraemos, sino la del hombre! A los hombres que serán adultos un día, a los adultos que justo comienzan su trayectoria ascendente. A las multitudes, quienes al llegar a ser adultos han producido, a través de los siglos, todas las cosas maravillosas que han sido creadas para formar la civilización.

Si tocamos a los niños tocamos a la humanidad. Debemos educar al adulto a comprender que sólo podemos mejorar a la humanidad a través del niño. Debemos comprender que el niño es el constructor del hombre. Él siempre ha sido un enigma, una incógnita. El resultado de esta incomprensión es el hombre adulto con todos sus defectos, sus virtudes, sus debilidades y su fuerza. No es por accidente que se construyeran los hombres y las mujeres de hoy. Es aquel niño desconocido, a quien debemos conocer en el futuro. Hoy no podemos entender y mucho menos reconciliar a la humanidad en la diversidad de sus ideas y gustos, pero si conocemos como ellos han sido construidos, podremos entenderlos mejor. Sí, ahora todo el mundo está de acuerdo que las personas no se comprenden unas a otras. Desde hace mucho tiempo, la humanidad ha estado tratando de fomentar la hermandad. Ellos, tontamente, abogaron que si creaban un lenguaje común, el esperanto, o si hacían intercambios estudiantiles, la gente llegaría una mejor comprensión. Sin embargo, vino otra guerra. Así que, evidentemente, no era un buen camino.

alimentación-1Si deseamos comprender al hombre, primero deberemos entender cómo fue construido éste mismo. Ahora, si existe un momento en la vida cuando todos los hombres tienen las mismas ideas, cuando hablan el mismo idioma, esto es al momento del nacimiento. No importa a qué raza pertenecen, en qué parte del mundo nacieron, los recién nacidos son todos iguales. Si queremos conseguir la paz y la comprensión mutua, éstas deben comenzar desde el momento del nacimiento, desde el momento en que todos los hombres son iguales.

Hay otro periodo en donde todos somos iguales y ese es el periodo de la infancia. Todos los seres humanos seguimos las mismas leyes de desarrollo. Es curioso, pero no importa si se trata de chinos, hindúes, africanos, nosotros mismos, todos los niños comienzan a hablar al mismo tiempo; no podría haber un acuerdo más universal entre los hombres. Pensar en comenzar a hablar, es un milagro que todos compartimos, que los niños de todas las razas comparten.”

Tomado de una conferencia dictada por María Montessori.