María Montessori, conferencias sobre Educación y Paz.
Debemos desarrollar la vida espiritual del hombre y luego organizar a la humanidad para la paz. El aspecto positivo de la paz yace en la reestructuración de la sociedad humana sobre una bae científica. La paz social y la armonía, sólo pueden tener un cimiento: el hombre mismo. … En particular se deben aprovechar las energías morales del hombre, dado que no es solamente un productor: también le corresponde asumir y cumplir una misión en el universo. Lo que el hombre produce debe estar dirigido hacia un fin que podríamos llamar cililización, en otras palabras, la creación de una supernaturaleza como otra de la humanidad. …
La tarea de la política es prevenir los conflictos; la de la educación es establecer la paz.
La posibilidad de la paz verdadera nos hace dirigir unos pensamientos hacia el triunfo de la justicia y el amor entre los hombres, hacia la construcción de un mundo mejor donde reine la armonia. … El hecho de que equivocadamente denominemos “paz” al triunfo permanente de los objetivos de la guerra hace que no logremos reconocer el camino a la salvación, el sendero que nos podría conducir a la paz verdadera.
La educación constructiva para la paz no se debe limitar a la enseñanza en las escuelas. Es una tarea que requiere esfuerzos de toda la humanidad.
La paz es un principio práctico de la civilización humana y de la organización social que se basa en la naturaleza misma del hombre. La paz no esclaviza, sino que lo exalta. No lo humilla, sino que le hace tomar conciencia de su propio poder sobre el universo.
La educación es la verdadera salvación de la humanidad y de la civilización.
Si los hombres continúan considerándose a sí mismos como grupos nacionales con distintos intereses correrán el riesgo de destruirse unos a otros. Este el el quid de todas las cuestiones relacionadas con la paz.
La educación debe fomentar tanto el desarrollo de la individualidad como el de la sociedad.