Una experiencia hermosa para todos:, los pequeños que miraban con sus ojos llenos de vivacidad los ojos, llenos de vida, de los ansianos que nos recibieron con tanto amor. El paseo al Club de Los Años Dorados fue, por muchos motivos, uno de los paseos más enriquecedores del año.
Comenzamos con la gimnasia, luego siguió el baile y de ahí el canto, las cartas, el dominó, la gimnasia cerebral y el lunch que terminó con los deliciosos mazapanes de cacahuate y amaranto que nos ofrecieron los abuelos.
¡Gracias por tanta vida!
En esta galería, las fotos que tomé con la cámara de Lupita Melgarejo que tan amablemente compartió con nosotros.