Un día como hoy, pero de 1870, nació María Montessori. Ya 145 años de su nacimiento y 108 años de la apertura de la primera Casa de los Niños, la Filosofía Montessori nos acompaña en más de 22,000 escuelas por todo el mundo. Las enseñanzas de la Dra. Montessori han sembrado en cada una de las Guías que son entrenadas para seguir esta pedagogía el amor y respeto por el niño, llegando a la comprensión de que sólo el niño es el que puede construir un mundo mejor, en el entendido de que es el Niño quien construye día a día al Hombre.
Te invitamos a leer su biografía siguiendo este enlace: ¿Conoces a María Montessori? Biografía.
Festejemos pues este 145° Aniversario del Natalicio de María Montessori leyendo una reflexión tomada del libro “El Tao Montessori” escrito por Catherine McTamaney.
En su esencia, el método Montessori es una estructura bastante simple. Sigan al niño. Preparen el Ambiente. De lo simple a lo complejo. De lo concreto a lo abstracto. Lógico, simple, poco sofisticado.
Se necesita conocer lo complejo para saber cómo simplificarlo. Se necesita conocer lo abstracto para poder conocer lo concreto. ¿Nos alejamos de nuestros programas de formación de docentes para entender la complejidad? ¿Deberíamos?
Para muchos de nosotros, los entresijos de Montessori son demasiado para digerir en el poco tiempo que tenemos que completar nuestro entrenamiento. Nos aferramos a nuestros manuales, con la esperanza de que en la práctica regular de estos rituales, vayamos a entender su propósito místico. Repetimos lecciones en la secuencia exacta que nos han enseñado, guardamos tiempo con la esperanza de que la práctica vaya a arrojando luz sobre las sombras.
Muy bien, entonces, hay que aferrarse tal como el hombre que cae al agua se aferra a lo que pueda para sobrevivir manteniéndose a flote, sin perder de vista el barco. Debes ser capaz de mantener tu cabeza fuera del agua, sin perder la raíz si pero moviéndote siempre hacia adelante.
Lee más. Aprende más. Mantente fiel al texto original y vuelve a leer de nuevo. Sé dueño de tu conocimiento, descubre el origen en lugar de escuchar y hacer caso de los rumores y las historias de otros exploradores.
Si no continúas aprendiendo, más allá del momento en el que cuelgas tu certificado en la pared, tendrás sólo las voces de los profesores que te guiaron. La enseñanza Montessori precisa de reflexión, necesita tiempo para procesar, y es necesaria la vida que pasa para continuar con la práctica. Si nunca te has cuestionado tu entrenamiento, no sabrás en qué nuevas voces confiar. Cuando busques consejos, es necesario primero saber no sólo lo que crees, sino por qué lo crees. Tu aprendizaje, también, va a ir de lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto. Tus álbumes son simples. Tus álbumes son concretos. Finalmente, debes moverte más allá de ellos en la comprensión real de cómo funciona Montessori, pero sobre todo, de por qué Montessori funciona.
Sin esa comprensión, estamos pisando agua.
Lo primero que se requiere de un maestro es que esté determinadamente dispuesto a cumplir su tarea.
María Montessori.