“El recibimiento, el ambiente de paz, limpieza, plantas y el plan programado para seguir, escrito en el pizarrón para que cada niño avance a su ritmo. Me encantó escuchar a los pájaros trinando y el que, desde donde yo estaba sentado, se veía por las ventanas.
Me gustó la música y por supuesto el material, mesas adicionales para acomodar el material y ver que cada niño trabaja de manera tranquila, interesados en lo que hacen, el detalle en la explicación que las guias dan, haciendo fácil de resolver. Todo muy lindo.
Yo estoy muy agradecida con Dios por permitirnos tener a Dany en este sistema Montessori, que ha dejado una huella en nuestras vidas y durante todos estos años que Dany ha venido a jugar, a aprender y a socializar, para mí, lo más importante es el amor y dedicación que he visto en cada Guía, en cada Asistente, en el personal administrativo y de intendencia y obviamente en Gabriela Ortega.
Gracias a todos y a todas por ayudarnos a educar a Daniela y saber que lo más importante que saber es la forma de aprender y de amar a los otros. Gracias a María Montessori, ya que estoy segura de que Dios a través de ella mostró este maravilloso sistema de enseñanza basado en el amor al niño.”
Guadalupe Martínez de Pinto